Conclusión: Quiero un cambio, pero no se que cambiar.
No me siento bien. No se que quiero hacer.
Me quede dormido para una prueba.
No estoy yendo a clases. No estoy yendo a clases. No estoy yendo a clases. No quiero ir a clases. Digamoslo, al final, puedo estudiar por las mías. Si hasta hay algo de tiempo.
Y me tiene urgida mi acumulación ridicula de deudas. Es cierto, no soy sustentable economicamente. Y el carisma, el carisma de mis fotos y de mi placticabilidad hacen que la gente me idealice.
Ideal, como un gas sin correcciones, solo que tengo más correcciones que gases.
No tengo ganas de muchas cosas. Me siento perdido, con dudas de que hacer de mi vida. CANSADO. Cansado de mi carrera, de los problemas pocos desafiantes, de las reuniones eternas sin conclusión, sin producto. La falta de aventura. Los silencios forzados, la gente que tira mala onda. Al final, es una cuestión de respeto ¿No?
Y si, yo tampoco tengo mucho respeto. Pero pasa piola...
La gente encuentra normal a un hombre que oscila y hace vocecitas por estos días.
La gente encuentra normal cada wea.
Hace falta sentido, o al menos, sentido común.
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