enero 25, 2011

Quinta Normal (Los cabos sueltos II)


El domingo 16 me junte con Jose y Juan (@eljojo y @pottersys, pero hoy sus nombres son lo importante). Quedamos a las 10, una llamada de El Jojo me desperto a las 10:30. Volé y llegue a las 11:10. Todo un fail para comenzar la salida.

Recorrimos el museo de la memoria, del que hace un año escribi en colapso cuando aún estaba funcionando como un blog regular. El Jojo se notaba que poco conocía de historia pero el mateo de Pottersys le hacia una detallada clase. Luego fuimos hacia el parque Quinta Normal, lo recorrimos viendo que esta aún cerrado el Museo de Historia Natural, caminamos por Lourdes ese domingo y volvimos al parque rápidamente. Las conversaciones eran amplias y diversas, aunque yo insistí muchas veces en saber más del trabajo de Juan y El jojo en sus respectivas pegas. 

Pasamos al museo de Ciencia y Tecnología. Todo un mini MIM con muestra de tecnología histórica. Creo que todos nos volvimos niños geek un rato, niños como en los noventa y teníamos menos de 10 viendo el gran sol, los minerales, el efecto de las ondas, explicándonos por que el árbol no estaba donde debía estar y vociferando con antenas parabólicas. A Juan se le noto mucho el haber salido del Instituto Nacional. Cuando ya habíamos recorrido gran parte del museo y el parque fuimos a la Biblioteca de Santiago donde hicimos un tour y sacamos fotos. Incluso dejamos a Jose fuera un rato al entrar a la sala +18 (la que tiene el mejor manga) y trajinamos los libros de nuestros temas de interés. 

Salimos del edificio solo para cruzar la calle a Matucana 100, ver una breve exposición donde nos columpiamos (de ahí las fotos) y seguimos conversando. Luego de Eso Juan debia partir, le dije a Jose que fueramos a almorzar. Caminamos todos a Estación Central. 

En la conversación que tuve con Jose en el Burger King salio el motivo por el cual quería ir a San Diego. Su polola, Belen, gusta de libros con números que la dirijan (WARNING: Rolera en potencia) y no encontraba en Chillan y en Santiago poco pudo saber. Pero una bibliotecaria quien le dijo que regresará el martes a la Biblioteca Viva de Alameda le dio el dato de que en San Diego podría hallar, sin dudar en que el provinciano Jose no conocía la literata calle capitalina. El paseo termino caminando desde Est. Central a Universidad de Chile (donde le explique que cosa es el Senado Universitario también) para mostrarle San Diego. Esta caminata canso a Jojo a eso de las 16:30 (motivo por lo que esta entrada iba a ser denominada "Hacer que un Jojo camine")


Lo que yo no me espere fue una semana después, luego del cumpleaños de Paula (@pulita22) saber en el desaque la Melu era la bibliotecaria de esa biblioteca viva y que Jose efectivamente había ido el martes y se llevo un siniestro libro de regalo. Sabia la pega de Melu y donde pidió las cosas el Jojo, pero no hice la asociación a tiempo, pudiendo conocer por casualidad la otra mitad de la historia. 

Historias que cruzan varios ambitos y personajes, que cruzan sueños y algunos deseos que que permitieron que ahora El Jojo le lleve un libro de "tu eliges tu historia" que Melu había comprado en valpo y ahora viajará a Chillán a darle una sonrisa a alguien más...

Lo mejor. Poder conocer los dos lados de la historia de primera fuente, los dos lados de un doble final feliz. Dar y Recibir en su maxima expresión :)  

3 comentarios:

  1. Encuentro genial la historia, porque, aparte de ser verdad, demuestra lo pequeño que es el mundo.

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  2. El mundo no solo es pequeño, es diminuto.

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  3. Cuando leí lo de Biblioteca Viva, me imaginé inmediatamente a la Melu jajaja, pero sabes, ella es así, diminuta, menuda, pero transversal, siempre puede aparecer en una historia y ser importante :D.

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el constructivismo utópico, la épica delirante

 Porque dejar que las cosas buenas se vayan. O quizás, es tiempo de regresar al texto. 

Hackear el marciano

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