Hoy estoy preparando el desensamblaje de CiudadAtómica. El plan es distinto, menos blog, más libro. Cambiando e ritmo del equipo y sacando ya los aprendizajes de dos años. A comienzos de este años pense en revitalizar LCA. Escribí está entrada que les comparte mi visión de la ciencia luego de 6 años de estudio... Y la historia de otro de mis proyectos.
Hace poco más de dos años, junto con Gonzalo, Montserrat y Nicolás, ideamos un proyecto por el Año Internacional de la Química. Ese proyecto se llamó La Ciudad Atómica. ¿Por qué? Porque creemos que en nuestro país (Chile) y en Latinoamérica son insuficientes las instancias de divulgación científica. Típicamente, nos encontramos con proyectos locales con un impacto reducido a la geografía y, de lo que se hace, muy poco se sabe. El año transcurrió y el proyecto fue sumando y cambiando manos. Nuestra meta fue 365 entradas, pero nos dio como Staff sólo 331… Nos lanzamos de improvisto y creemos que sacamos un montón en limpio.
Conectar y Enlazar. el simbolo de LCA |
Pero pasamos gran parte del 2011, además de protestando y proponiendo por una Educación Gratuita, Pública y de Calidad, compartiendo con anónimos lectores nuestros aprendizajes, ideas y descubrimientos. El año internacional de la Química en nuestro país fue La Ciudad Atómica y pocas cosas más: Un curso de Historia de la Química en la Universidad de Chile, Talleres de divulgación en la Universidad de Santiago de Chile. Un par de pósters poco impactantes en otras universidades. Los tradicionales congresos (como el de la Sociedad Chilena de Química) decían dedicarse a algo que no compartieron con la Sociedad y la agencia gubernamental de Ciencia – Conicyt – tan solo hizo su acostumbrada semana para secundarios con un énfasis parcial a la química.
El 2012 fue un año donde pensamos en otras cosas. La Ciencia seguía en la vida de todos los autores, pero no en La Ciudad Atómica. Ángel sistematizó el sitio en está plataforma, tomó las riendas y generó algunos contenidos durante la primavera del 2012. Pero nos faltó la rítmica y chispa del 2011. Nos faltó tener el espíritu del desafío, de saciar la curiosidad de otros… Y llegó el 2013.
Entonces ahora tomamos la experiencia para volver desde nuestra “larga y angosta franja de tierra“, desde “la tierra del cobre, la madera, el vino y el salmón”, a discutir sobre los conceptos de las Ciencias que nos apasionan y desvelan, sobre las nuevas preguntas que nos asaltan y sobre el mundo que todos compartimos. Esperamos este año poder contar muchas curiosidades e ideas, y con el nuevo y viejo equipo llegar a más personas y de más formas, haciendo más grande esta ciudad de historias de Ciencias.
Al final, siempre es un buen momento para caminar por la ciudad y hablar de ciencia… nuevamente.
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