Mi habitación era na verdadera locura.
La tenia, por lo bajo, convertida en un cuchitril como alguna vez lo
ha llamado Claudio. Ropa sucia y limpia sobre la alfombra, el piso
recubierto en diarios, guías, documentos y revistas. Todo esparcido
y acumulado, con los libros cubriendo el computador y las mochilas
atiboradas de diferentes locuras, prendas y cuadernos.
Un desastre. Como mi cabeza en estas
semanas.
Me puse a ordenar y a redescubrir las
cosas de mi habitación. Partí por lo fácil: hacer la cama y poner
a lavar y ahora, luego de 3 horas, veo como todo toma un sentido
extraño, pero feliz. Necesario de configurar mi realidad.
Y las cosas se recontruyen también en
mi cabeza. Creo que este mes pase solo unos 7 noches durmiendo en mi
casa. No se si será bueno o malo, pero lo es y eso me hace sentir un
profundo desarraigo.
Ahora, termino de gastar el Raid que me
quedaba y de esparcir el polvo Tanax que aún seguía en el tarro.
Sacar el polvo con el trapo que restaba y presionar un talco, que
desesparadamente, expulsa mcho aire y poco polvo. Las cosas de mi
casa se terminan, como mi carrera, que cada vez le quedan menos
clases.
Y saco el polvo de mi habitación, lo
que permite que aunque piense demasiado en Angel, Daniel, Amaru,
Tamara, Gonzalo o Edith, logre poder quitar las telarañas de mi
mente y ver todo algo más claro.
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