Las cosas claras

Me gustan las cosas claras, expeditas, explicitas y directas, quizás en demasía… Soy demasiado acelerado en mi vida, en mí hablar, en mi actuar… casi no pienso lo que realizo, soy más de instinto, más del alma. A veces eso esta mal, no debería ser así cuando puedo causar daño, pero no me doy cuenta ya que disparo sin dudar. Es fulminante, así como los relámpagos o un cohete espacial, con mucha, mucha celeridad.

Esto me trae dos consecuencias en esta misma noche: la primera es que extravié parte de un dinero que me pasaron, cosa que no tomo con mucha molestia, pues yo no lo trabaje lo recibí por solidaridad, si lo trabajara de seguro me dolería mucho más… Por ello me siento algo miserable, un poco tirando a bastante desconsiderado con visos de mal agradecido, aunque en el fondo mi intención no sea negativa. Por algo pasan las cosas.

Por otro lado algo mas grave… mis conversaciones con la persona en quien mas confió no le hacen nada de bien, solo aquellas en que la hago reír, pero ninguno de mis problemas causa risa y cuando se los cuento contribuyo a su estrés, ergo depresión, cosa que me hace sentir completamente loser, imbecil, desgraciado y mal nacido. Es de los momentos en que me siento realmente mal de lo malo que soy y malamente no percibo. Soy bueno para los detalles del medio, esas sutilezas de la naturaleza, pero con las mías ni con neones las vería. Así es, nuevamente no soy capaz de reconocer mis errores, en una nueva esfera, mas silenciosa y discreta por la cual siento que la he cagado.

Hace varios días estoy preocupado por la profe Edith, pero aunque se me había ocurrido esta posibilidad en mas de una ocasión, no he realizado nada al respecto, creo que llego el momento de hacerlo, sin necesariamente ser tan radical. De esta manera termino enero, con un mea culpa, con nuevas dudas…