octubre 22, 2014

Incertidumbre

Mucho me ha llamado la atención de que muchas personas sienten que tengo claro lo que hago. Y cada día que pasa, tengo menos claro todo lo que ocurre, realizo, quiero o busco...

Me encantaría saber para donde voy. Pero no lo se. Sinceramente no se ya si voy a una steetwear fair, a una conferencia de cultura científica, a hacer una clase o una discusión de contingencia política.

Desconozco si mis pasos me llevan a conectarme a un computador por horas a navegar, a trabajar o a un bus o un avión a caminar por calles que aún no he caminado y conversar con personas que solo veré una vez en mi vida.

Me es de completa ignorancia el contenido de varios de mis libros. A varios los he juzgado por la portada con mucho entusiasmo, pero las agujas del reloj no permiten que los termine y simplemente la dispersión de material partículado lleva polvo sobre sus hojas, oxidando sus aromas.

No se, de verdad no se, cuantos pasos más daré, cuantas series más veré o partidas narraré hacia lugares que misterios son. Es todo muy dinámico, complejo, dinámico de nuevo. Es como si este año, en que han pasado tantas cosas, me hubiese cuántizado lo suficiente para no tener idea hacia donde mirar, no porque no tenga opciones, si no porque los dos ojos no me alcanzan para determinar momento y lugar.

Es el problema de la medida, cuando miras, aparece y se determina. Es extraño como la ciencia nos condena a mundos posibles. Heiddeger estaría orgulloso de ver como vacilo entre tantas posibilidades, buscando el mejor de los mundos posibles.

Pero tras tantos pedaleos, borrones, saltos, gritos y reuniones, no se donde está. Estoy perdido en un gran laberinto de experiencias y ubicuidad. De realidades aumentadas y de dragones que solo existen como peluches.

Aunque la incertidumbre es algo con lo que vivimos/ he vivido constantemente, nunca he aprendido a vivir con ella como un agente activo. La omito, la miro de reojo, pero no la dejo llevarme ni tan libre, ni tan suelta. 

Anoche, cuando apague las velas de la torta me costo pedir mis tres deseos. Pero solo vinieron 3 palabras a mi mente... pero espero contarselas por otro medio en un año más. Mientras, seguiré poniendo cara de que se para donde voy, total, es una cuestión de actitud.




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