Hace poco menos de un año en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile habían las tan bulladas, espectaculares y siempre muy controversiales elecciones del CED. La primera vez que fui a un conteo fuera de mi facultad fue allí el 2008, quizás porque mi tío es abogado, mi padre es abogado y -sin saberlo- mi roomie será abogada de la Escuela con más presidentes de este país. Recuerdo como cercan la zona de conteo, como los grupos se peleaban cada voto, el silencio repúblicano al momento de ver la última mesa y a Diva, sobre la mesa, gritando los votos mientras hacía honor a su nombre. Un espectaculo de democracia y glamour.
He tenido confianzas personales con dos presidentes de esa escuela, el ahora diputado Gabriel Boric, de las pocas personas que conozco que defiende sus convicciones hasta la muerte y Esteban Miranda, un lider mediador y carismático, humilde y transversal. Ambos representan para mi más que un periodo de la historia institucional, si no que también un ejemplo de lideres, que con aciertos y errores posicionaron potentes ideas y principios entre sus compañeros. Esto último es algo que distingue a muchos de mis amigos dirigentes, que sin importar el lote, bandos, alianzas o incluso posiciones son capaces de mirar la vida estudiantil, la construcción académica y (lo más importante según yo) la Universidad de Chile con altura de miras.
Conocí personalmente Leonardo Jofré en 2010, sabiendo que es una persona con quien comparto ciertas carácteristicas de la personalidad. Es alguien que (como uno) hay que aprender a querer, pero que por sobre todas las cosas es capaz de entregarse personalmente por el bien de la comunidad. Esa característica de su liderazgo es algo que reconocí desde ese momento.
El proyecto que monto con sus amigos de Actuar Colectivo tenía varios componentes interesantes: un foco en la transparencia académica, un enorme sentido del pluralismo, una agenda política clara con ciertos factores diferenciadores, que tuvieron varios terremotos internos, tensiones (positivas y negativas) con otros lotes, aprendizajes en materia nacional (como su conversión en UNE Derecho) y por cierto, un resurgir profundo luego de un año políticamente crítico.
Hace un año en la misma escuela la lista de entonces la UNE, liderada por Leonardo era derrotada por un grupo de estudiantes sin experiencia ni interés en hacer progresar los intereses de los compañeros de Derecho. Recuerdo la noche de esa segunda vuelta, a meses de titularme, frente a la fria Norma, reunidos los derrotados por un viral y divertido proyecto. Esa derrota dio cuenta de muchas cosas de la actividad dirigencial en la Universidad, pero específicamente, a quienes tuvimos el placer y privilegio de representar a nuestros compañeros en la Universidad de Chile fue un duro golpe a los proyectos colectivos y consecuentes. Una lamentable noche donde me puse con completos y algunos malos chistes para subir el animo de quienes habían caído en la elección.
Fue multiple el nivel, según yo, de humillación comunicacional que recibieron los fututos abogados y también, todos los hijos de bello, por tan hilarante decisión eleccionaria. Pero ciertamente, el equipo liderado por Leonardo fue una enorme perdida para el sentido que requiere el movimiento estudiantil desde la Universidad de Chile. A mi modo de ver, fue una derrota moral de lo que peleamos el 2011, en casa y por más goleada que Alemania-Brasil.
Pero, este año, luego de dificiles y obscuros momentos, de más quiebres y momentos tensos, Leonardo y su equipo perseveraron, levantandose está vez como su original Actuar Colectivo y hoy lograron ganar las elecciones del CED.
Con un año de atraso, creo que se enmendo una muy mala decisión, y se recupero un enorme, carismático, consciente y muy valioso lider que ha pasado por la Casa de Bello. Los talentos de Leonardo y la enorme visión de su equipo me hacen sentirme feliz de lo que hoy acontecio en Derecho. Ya desde otros estadios (políticos, académicos, disciplinares e incluso personales) debo volver a reconocer ese talento dirigencial qué conocí hace tantos años y que hoy consagra el inicio de su periodo más profundo en poder y responsabilidad.
Con un año de atraso, creo que se enmendo una muy mala decisión, y se recupero un enorme, carismático, consciente y muy valioso lider que ha pasado por la Casa de Bello. Los talentos de Leonardo y la enorme visión de su equipo me hacen sentirme feliz de lo que hoy acontecio en Derecho. Ya desde otros estadios (políticos, académicos, disciplinares e incluso personales) debo volver a reconocer ese talento dirigencial qué conocí hace tantos años y que hoy consagra el inicio de su periodo más profundo en poder y responsabilidad.
Estoy feliz por mi dulce Susi, Ignacio, Catalina, Nicolas y todo lo que hoy es Actuar Colectivo (y asociados). Pero estoy particularmente feliz porque, según mi visión, se hizo justicia en la escuela más injusta, que paradojicamente es donde se fundan los principios del derecho y la justicia de este país.
"Veni, Vini, Vici" para Leonardo y el nuevo CED en esta nueva etapa, para todos los bienaventurados que dedican su carrera a representar, liderar y dirigir a sus compañeros en las luchas de los estudiantes y para el Movimiento Estudiantil, la fuerza de cambio que desperto y despertará a Chile de las tinieblas en que su educación ha estado sumergida.
Y como decía mi ex-jefe y rector de toda mi formación universitaria, Victor Pérez Vera:
"Viva Chile
Viva La Universidad de Chile
Viva la Universidad de Chile, Libre, "gratuita" y de calidad"
Aguante Leo, que esto, al fin, recién comienza.
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