Para mi es más importante los 25 años desde el plesbicito que los 40 años del golpe.
El Chile que conozco es el de esos 25 años que han transcurrido, y que fueron enormemente marcados por el golpe. Pero del golpe hemos hablado mucho y no tanto de lo que paso después. Pero en ese después es donde las cosas no cambiaron, se naturaliza el modelo y comienza la incesante elitización de la educación. Es también cuando Chile adopta una política comercial que desprecia los recursos naturales, es cuando las cosas acalladas por la violencia son ahora acalladas por el olvido, la desidia y la hegemonia cultural. Es cuando el miedo de quienes vivieron la oscuridad no encuentra la luz y toman la decisión (por la derecha y la izquierda) de pactar una falsa paz. Es también cuando nacen los partidos nuevamente, desde la petulante y conservadora UDI hasta el obsoleto PC.
Pero también es cuando nace una generación que no conocío ese terror y ese silencio. Esa generación que accede a la información y que se abre al mundo. Una generación que cuando no sabe hacer las cosas rompe los límites. Y de esa generación soy.
Cambiar Chile no es solo un discurso, si no muchos. No es solo una historia triste, si no una alegre. Porque si hoy varios podemos denunciar las estupideces que los viejos hacen en este país es porque nacimos en un país sin militares en el poder. Y Creo que la valentía y sacrificio de aquellos que lucharon para ello hay que celebrarla. Y reconocer que haremos ahora que esas historias ya cumplen más de un cuarto de siglo.
¿Qué será lo que recordaremos en 10 años más que cambio Chile de manera total?
El Chile que conozco es el de esos 25 años que han transcurrido, y que fueron enormemente marcados por el golpe. Pero del golpe hemos hablado mucho y no tanto de lo que paso después. Pero en ese después es donde las cosas no cambiaron, se naturaliza el modelo y comienza la incesante elitización de la educación. Es también cuando Chile adopta una política comercial que desprecia los recursos naturales, es cuando las cosas acalladas por la violencia son ahora acalladas por el olvido, la desidia y la hegemonia cultural. Es cuando el miedo de quienes vivieron la oscuridad no encuentra la luz y toman la decisión (por la derecha y la izquierda) de pactar una falsa paz. Es también cuando nacen los partidos nuevamente, desde la petulante y conservadora UDI hasta el obsoleto PC.
Pero también es cuando nace una generación que no conocío ese terror y ese silencio. Esa generación que accede a la información y que se abre al mundo. Una generación que cuando no sabe hacer las cosas rompe los límites. Y de esa generación soy.
Cambiar Chile no es solo un discurso, si no muchos. No es solo una historia triste, si no una alegre. Porque si hoy varios podemos denunciar las estupideces que los viejos hacen en este país es porque nacimos en un país sin militares en el poder. Y Creo que la valentía y sacrificio de aquellos que lucharon para ello hay que celebrarla. Y reconocer que haremos ahora que esas historias ya cumplen más de un cuarto de siglo.
¿Qué será lo que recordaremos en 10 años más que cambio Chile de manera total?
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