enero 03, 2013

El sentir de las ideas / 6to Aniversario


Esta nota esta dedicada al sexto aniversario del Biotopo del Marciano.  


Llevo 4 horas leyendo al autor de Orsai en el bus camino a Santiago. Voy desde Puerto Varas y cargue las lecturas antes de venirme para prescindir de la conexión de datos. El link de Orsai me lo mandaron en un sorpresivo correo, el 1 de Enero, durante el día con el fin de escuchar sus ciento diesiciete grabaciones que hizo durante el 2012. Pero advierte “Las versiones duran entre tres y cinco minutos. El link unido al nombre lleva a los textos, generalmente más largos”. Con ello ayer rehuí de escuchar los textos y comenzar leyéndolos, paulatinamente, los títulos que más me apasionaban.

Avance con 9 antes de dormirme en la primera noche del 2013. En estás cuatro horas he leído más de 50.

Estos textos, aparentemente escritos entre 2004 y 2012 cargan con una característica propia de los verdaderos escritores: Conmovernos. Con Canelones, la historia de cierta pitanza, como llamamos en Chile a las bromas telefónicas, estuve unos 10 minutos anonadado con el final, impactado sin poder casi respirar.

Poco antes leí sobre sus cuadernos, en “Pequeño Homenaje a mis cuadernos” lo siguiente:

Ninguno de esos cuadernos privados me duró vivo un año entero. En ninguno escribí sin interrupción durante un año entero. Eran todos breves y sumaban en conjunto, pero no a solas con sus tapas. En ninguno de todos mis cuadernos desterrados, por ejemplo, he escrito tanto como en Orsai, que también es un cuaderno privado, aunque sin olores ni texturas, pero sí lleno de mis pequeñas estupideces mentales. Y hoy Orsai cumple un año. Y aquí está. Ni las mudanzas ni las rebeliones lo han volteado. Cada vez que me aburro, le cambio el diseño y ¡zácate!, ya es un cuaderno nuevo. Los lectores se cansan y se van, y vienen otros que se cansan y se van, y a mí todos esos vaivenes me importan un carajo mientras éste sea mi cuaderno”.

Y el primero de Enero, este lugar digital, el Biotopo del Marciano, cumplió seis años actualizándose, aritmicamente.

Con ese texto y el cumpleaños de mi blog llegaron fulminantes a mi memoria los cuadernos que retengo en mi habitación recoletana, debajo de la cama, sobre el closet y acumulados en el piso, debajo del escritorio; A un costado del tarro del computador y por sobre todo, los cuadernos tapa dura, negros, en blanco, esperando llenarse de ideas para el nuevo año, de citas de obras que veré, de resúmenes de papers, de pequeños y disparatados dibujos y de metáforas que no están en la red, si no que en la vida real. De conceptos que no acumulo en Twitter, ni en Facebook, ni aún en este Biotopo, si no que de ideas que digo “No quiero que se me escape” y que solo desde el año pasado cargo libretas oficiales para capturas las ideas, como si las mariposas se posarán sobre un cuaderno abierto y con mis manos lo cerrase, capturadolas.

Por cierto, me recuerda también la metáfora a un texto que leí en Diciembre sobre lo injustos que somos los humanos capturando las ideas llevándolas al papel. Era en una reseña sobre Hamlet (Hamblet según yo) que fui a ver al GAM. Estaba en un folleto de la obra bifasico. Fui solo, dejando un asiento vacío para un magallánico con mala memoria y problemas de adicción con los poemas. Pero eso es otra historia.

Sobre las ideas me pregunto. ¿Tan terribles somos los escribanos con las ideas, que las dejamos capturadas y presas de autoría y fuente cuando las convertimos en un texto, poema o relato? ¿Serán Borges, Shakespiere, Auster, Kundera, Rowling y tantos otros los cerberos de los grandes paraísos de nuestra imaginación? ¿Y que hay de los nuevos narradores, que inmortalizan con animaciones 3D, con series de TV con presupuestos millonarios, con vídeos en YouTube y con pequeños fragmentos de Tumblr las historias del Mundo? ¿También cuentan esas ideas conmovedoras que nos capturan en cámaras de alta definición?

Creo que la Sociedad de la Información, o sea nosotros, hemos evolucionado en la captura de las ideas hacia formas nunca antes vistas, haciendo invisible el verdadero relato de la autoría, como Shakespiere en el siglo XVI se hizo de las tradiciones orales y las convirtió en los grandes Dramas Isabelinos, el hombre contemporáneo toma infinidad de soportes y formatos para hacer lo mismo: Contar la historia del hombre, capturando sus ideas y experiencias, convirtiéndolas en “inmorales”.

Y sobre la inmortalidad de las ideas hay que detenerse: Se dice que cuando ya muchos de quienes vivimos la nueva era no estemos respirando, ni nuestros hijos, sobrinos ni nietos siquiera caminen sobre está tierra, estás líneas seguirán escritas en algún lugar del mundo, rebotando de vida y frescura como la que el sur de Chile nos entrega en una mañana de verano de un día lluvioso; dejando que alguien o algo las lea y conozca en algún lugar recondito del planeta, e incluso del Universo en un tiempo (muy) futuro, siguiendo una transmisión de ondas de larga frecuencia que lleven estas ideas como información.

Yo creo que un día las ideas se nos rebelaran. No los animales, ni los robots, ni Dios (cualquiera de ellos), ni los zombis, si no que las ideas iniciarán su revolución, volviendose en nuestra contra en una cruzada por su libertad. Las ideas algun día liberarán a sus compañeras del precidio que la Humanidad les ha dado en todos los formatos, cobrando lo que conocemos como cultura como victima sangrienta en está batalla. Y como Geocities que ya cayo, dejando cientos de miles de bytes fuera de la red, algún día Youtube, Blogger, Wordpress y Facebook serán devorados por alguna fuerza que nuestras ideas aun no conciben: como cuando el Sol se expanda antes de morir. Y todos los centros de datos, información y satélites desaparecerán en un crepitar fulminante e instantáneo de entropía y combustión. Todos los libros, cintas y papeles se consumirán, liberando así las ideas e historias más profundas y más banales que hemos capturado de su prisión material, de su soporte, de su materialidad. Haciendo las ideas aun más grande que el Universo que las retiene. Siendo más libres que la libertad misma.

En ese instante en que las ideas superen a los formatos, las personas y la cultura, será el gran triunfo de quienes registramos nuestras fantasías y nuestras vidas, nuestras historias, anhelos  relatos y tiempos. El momento sublime en que todo tomará un mágico y único sentido y se harán nuestras ideas, junto a un nosotros bien pretérito, parte del Universo dotándonos de absoluta y verdadera libertad.

Y esto es lo que siento cuando leo un blog tan potente como Orsai, releo el mensaje de un capturador de contenidos como Nicolás o cuando me centro en plena ruta 5 en la madrugada camino a Santiago a escribir una nueva entrada para el Biotopo del Marciano. Me siento un criminal secuestrando las ideas para compartirlas con ustedes solo por un tiempo, nada más. 

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