junio 24, 2012

Declamación

Los movimientos de la universidad se están sincronizando, los tiempos van oscilando en una dirección clara y definitiva y aunque las personas pasan, las ideas quedan y los modelos que nos hacen colaborar, construir, avanzar y surgir dentro de una sociedad que nos coapta la acción y la felicidad son cada vez más fuertes. 

Esta semana hice clases en los 6 ramos que soy ayudante, en dos universidades. Cuatro amigos alcanzaron un único sitial para profundizar los procesos de cambio, mejora, participación y unión de un camino hacia la Universidad Publica, Gratuita, de Excelencia; Sustentable y Colaborativa. Vi a amigos durante las noches capaces de abstraerme de la rudeza de una rutina implicita: de carreras uniformes, reflexiones interminables y sentires publicos y educativos que van de 12 a 12, de sol a sol, de luna a luna. Recorri mis espacios con otro amigo cuyo nombre pesa bajo la lluvia de la ignorancia, la abulia y el egoísmo en la que vivimos. Sobrevivi a un seminario de postgrado y escribí más de la mitad de una cuenta publica que dará fin a un periodo muy humano, político y plural de mi vida.

Los sueños que he tenido a lo largo de 5 años y medios se han ido haciendo realidad y los aprendizajes, las personas y las experiencias quedan...

Hoy en una suave noche marciana. Me regalaré algo que pocas veces hago. Sentarme en algún vibrante lugar a escucharme lo que tengo que decirme, para poder retroalimentarme de las cosas bellas de esta semana.

Hoy miro las estrellas y me refugio en las nuevas ideas que van naciendo.

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 Porque dejar que las cosas buenas se vayan. O quizás, es tiempo de regresar al texto. 

Hackear el marciano

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