junio 08, 2012

Bradbury o las palabras que marcan

"La fachada del oeste era negra, salvo en cinco sitios. Aquí la silueta pintada de blanco de un hombre que regaba el césped. Allí, como en una fotografía, una mujer agachada recogía unas flores. Un poco más lejos –imágenes grabadas en la madera en un momento titánico-, un niño con las manos levantadas; más arriba, la imagen de una pelota en el aire, y frente al niño, una niña, con las manos en alto, preparada para atrapar una pelota que nunca acabó de caer. Quedaban esas cinco manchas de pintura... El resto era una fina capa de carbón"



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 Porque dejar que las cosas buenas se vayan. O quizás, es tiempo de regresar al texto. 

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