mayo 15, 2012

En la linea de fuego



En las últimas semanas he estado como en esos tiempo donde las cosas no iban bien. La incertidumbre, la falta de motivaciones y mi escenario familiar eran la escusa en ese entonces para escapar de mi. Ahora tengo muchas más certezas que antes, muchas ganas, otras incertidumbres y un escenario personal... confuso, pero bueno. Lo que hace que lentamente comience a detener mis pasos del fantasma de mi mismo.

Entrar a la tesis no ha sido un proceso muy fácil, mi enorme dispersión me hacen postergar las lecturas de papers y trabajos. Mi escasez de profesionalismo científico me hacen sentir que camino por la pileta de un enorme abismo, teniéndome incompleto, insatisfecho e intranquilo en cuanto a la Tesis.

Las ayudantías han sido diversas. Algunas menos intensas en estos días, mientras otras resultan ser apasionantes y vibrantes. Este semestre me ha tocado corregir harto, lo que me obliga a darme un buen rato para pensar pautas, criterios, evaluaciones y hacer un mejor ojo académico, más serio, menos subjetivo y capaz de dar retroalimentación a los estudiantes. Mi experiencia en la Mayor ha sido grata y los estudiantes cada día se preocupan más de los ramos. En Olivos Calculo tiene un curso muy bueno y dedicado al que le sacaré todo lo que puedan rendir, ya que dan para tiro largo. En Radio el grupo es curioso y con muchas cosas que los hacen ser un curso muy serio, pero entretenido. Historia de la Química tiene gente apasionada por lo que estudia, lo que pasa pocas veces. Y en Fisicoquímica el grupo que tengo es algo pasivo para poner temas, pero ya veremos que tal les va en la prueba. Tener 6 cursos ha sido todo un desafío, son 6 grupos, seis materias, seis formas de ver las cosas que debo tener la capacidad de intercambiar, lo que es muy apasionante para mi.

Pero lo más relevante ha pasado donde pocas veces pasa. En mi circulo interno. Mis amigos andan cobrando sentimientos con justa razón, tengo un nuevo amigo y estoy yendo muy seguido a ver a Sebastian y a Andres Beltran. Coyaique me ha llamado unas 3 oportunidades para que hagamos algo pero no en los mejores momentos, Claudio ni se de él y tenia ganas de ir a ver a Gustavo para su cumple, pero priorice cosas académicas. Tengo mensajes pendientes de Karla, Jose y Javiera y Yerko requiere tiempos especiales por el desafío al cual se esta metiendo...

Y yo así y todo me hago tiempos donde no los debería haber y en mi casa casi no paso (1.5 días a la semana). Las cosas acumulan polvo que no percibo como antes, están sin estar, flotan en un lugar de Recoleta mientras yo recorro Providencia, Macul o Independencia o camino por Cerro Navia o por San Joaquín.

Mientras lo más intimo y privado ha estado atribulado. Y no mentiré, esto no es algo meloso o romántico, es carnal, intenso y sin culpa. En este Otoño “me ha tocado” … Al menos 5 veces (con cinco personas distintas) Y esto ha sido algo que me sorprende.

Y mientras mis acciones llevan a mis emociones a la linea de fuego, ese electromagnetismo de la intima escena ocurre una vez a la semana en un contexto inesperado. Ya no puedo poner esa cara de “yo no se” cuando se hablan los temas, aunque no he tenido tiempo para procesarlo. Me he quitado ciertas ganas con un par de gentes y otras cosas que ni me esperaba (aunque no diré que no quería, ya que les mentiría) las que me han tenido pasando buenos momentos.

Y yo solo me hago el weón, mientras la linea de fuego se acerca, se delimita, se aproxima cada vez más cerca de quemarme... de quemarme


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

el constructivismo utópico, la épica delirante

 Porque dejar que las cosas buenas se vayan. O quizás, es tiempo de regresar al texto. 

Hackear el marciano

Hackear el marciano