Siete Principios rigen el Universo: 1- El Mental; todo es Mente, el Universo es una creación Mental de Dios. 2- El de Correspondencia; como es arriba es abajo, como es en el macrocosmos es en el el hombre el microcosmos. 3- El de Vibración; nada está quieto todo vibra y es vibración. 4- El de Polaridad; todo posee dos polos antagónicos, la mente tiene el poder de transmutar lo negativo en positivo mediante los correctos pensamientos. 5- El del Ritmo; todo fluye siguiendo un rítmico ciclo de acción y reacción, de actividad y reposo. 6- El de Causa y Efecto; toda causa tiene un efecto, nada sucede por azar sin una causa, todo ocurre de acuerdo a la Suprema Ley. 7- El de Generación; todo en el plano de la energía surge del género masculino o femenino.
No estamos muy lejos de poder tender la mano, por encima de los siglos, a Pitágoras y su escuela, que habían intentado construir una gran síntesis del universo sobre la base de las leyes-armonía. Pues ¿quién no percibe la armonía de la naturaleza, de sus leyes, de sus iniciativas microscópicas? Todo aquel que se inclina atentamente hacia el espejo de la realidad exterior, distingue maravillado, la gran, inmensa y serena belleza de las cosas de la naturaleza
La palabra Ragnarök consta de dos partes: ragna es el plural genitivo de regin, 'dioses' o 'poderes gobernantes', mientras que rök significa 'destino'. Etimológicamente tanto regin/ragna como rök derivan de la misma raíz proto-indoeuropea *rak o *reĝ- ('llevar hacia adelante, poner en su lugar, gobernar'). En el caso de rök, la raíz *reĝ- se vuelve *reig-, 'estirar la mano' o 'asir una oportunidad', de allí el sentido del 'alcance (máximo)' o 'destino final' (cf. reach, 'alcance' en inglés o en alemán reichen).1 En el siglo XIII, poetas nórdicos, probablemente por cuestión de estilo, cambiaron la palabra ragnarök por ragnarökkr. El término rökkr deriva por su parte del proto-indoeuropeo *reg (w) os-, 'oscuridad, penumbra, atardecer'.
Después de una persecución perpetua, el lobo Sköll y su hermano Hati finalmente devorarán a la diosa Sól y a su hermano Máni, respectivamente. Las estrellas desaparecerán de los cielos, sumiendo la tierra en la oscuridad.
La tierra se estremecerá tan violentamente que los árboles serán arrancados de raíz y las montañas caerán; cada unión y cada eslabón se romperá y se separará, liberando a Loki y su hijo, el lobo Fenrir. El terrible hocico de este lobo se abrirá tanto, que la parte inferior de su quijada raspará contra la tierra y la parte superior de su quijada ejercerá presión contra el cielo. Las llamas bailarán en sus ojos y saltarán de sus fosas nasales.
Eggthér, el vigilante de los Jotuns, se sentará en su tumba y rasgará su arpa, sonriendo severamente. El gallo rojo Fjalar cantará a los gigantes y el gallo de oro Gullinkambi cantará a los dioses. Un tercer gallo2, de color rojo óxido, levantará a los muertos en Hel.
Jörmundgander, la serpiente de Midgard, se levantará del lecho profundo del océano para dirigirse hacia la Tierra, retorciéndose y girando con furia sobre sí misma, provocando que los mares se alcen y azoten contra la tierra. Con cada respiración, la serpiente arrojará veneno, salpicando la Tierra y el Cielo con él.
De las tierras del este, el ejército de Jotun, conducido por Hrym, saldrá de su hogar en Jötunheim y navegará en la espantosa nave Naglfar (fabricada con las uñas de hombres muertos), que serán liberados por la marejada y la inundación, hacia los campos de batalla de Vigrid.
Desde el norte, una segunda nave dirigirá sus velas hacia Vigrid, con Loki, ahora desatado, como timonel, y los horrorosos habitantes de Hel como peso muerto.
El mundo entero estará en guerra, el aire temblará con los ruidos, fragores y ecos. En medio de esta agitación, los gigantes de fuego de Muspelheim, conducidos por Surt, avanzarán hacia el sur y partirán en dos el mismísimo cielo, cerca de Vigrid, dejando todo a su paso ardiendo en llamas. Mientras cabalgan hacia Bifrost, el puente del arco iris, éste se agrietará y se romperá tras ellos. Garm, el perro del infierno frente a Gnipahellir, también conseguirá liberarse. Él se unirá a los gigantes de fuego en su marcha hacia Vigrid.
De esta manera, todos los Jotuns y todos los habitantes de Hel, Fenrir, Jormundgander, Garm, Surt y los hijos ardientes de Muspelheim, se reunirán en Vigrid. Todos ellos llenarán el vasto terraplén que se extiende a ciento veinte leguas en cada dirección.
Mientras tanto, Heimdal, siendo el primero de los dioses que verá a los enemigos acercarse, hará sonar su cuerno Gjallarhorn, con tal ímpetu, que será oído a través de los nueve mundos. Todos los dioses despertarán e inmediatamente se reunirán en consejo. Después, Odín montará Sleipnir y galopará a la morada de Mimer para consultarle sobre el destino de su pueblo y de él mismo.
Entonces, Yggdrasil, el árbol del mundo, se sacudirá desde la raíz a la copa. Todo en la tierra, el cielo y Hel temblará. Todos los Æsir y Einherjer se pondrán sus vestimentas de batalla. Este extenso ejército (432.000 Einherjer — 800 de cada una de las 540 puertas del Valhalla) marchará hacia Vigrid y Odín cabalgará al frente, usando un casco de oro y una faja brillante, blandiendo su lanza Gungnir.
No estamos muy lejos de poder tender la mano, por encima de los siglos, a Pitágoras y su escuela, que habían intentado construir una gran síntesis del universo sobre la base de las leyes-armonía. Pues ¿quién no percibe la armonía de la naturaleza, de sus leyes, de sus iniciativas microscópicas? Todo aquel que se inclina atentamente hacia el espejo de la realidad exterior, distingue maravillado, la gran, inmensa y serena belleza de las cosas de la naturaleza
Jean Charon
La palabra Ragnarök consta de dos partes: ragna es el plural genitivo de regin, 'dioses' o 'poderes gobernantes', mientras que rök significa 'destino'. Etimológicamente tanto regin/ragna como rök derivan de la misma raíz proto-indoeuropea *rak o *reĝ- ('llevar hacia adelante, poner en su lugar, gobernar'). En el caso de rök, la raíz *reĝ- se vuelve *reig-, 'estirar la mano' o 'asir una oportunidad', de allí el sentido del 'alcance (máximo)' o 'destino final' (cf. reach, 'alcance' en inglés o en alemán reichen).1 En el siglo XIII, poetas nórdicos, probablemente por cuestión de estilo, cambiaron la palabra ragnarök por ragnarökkr. El término rökkr deriva por su parte del proto-indoeuropeo *reg (w) os-, 'oscuridad, penumbra, atardecer'.
El Ragnarök será precedido por el Fimbulvetr, el Invierno de Inviernos: tres inviernos sucesivos se seguirán uno a otro sin verano. Como resultado, explotarán los conflictos y las peleas, y todos los mortales desaparecerán.
Después de una persecución perpetua, el lobo Sköll y su hermano Hati finalmente devorarán a la diosa Sól y a su hermano Máni, respectivamente. Las estrellas desaparecerán de los cielos, sumiendo la tierra en la oscuridad.
La tierra se estremecerá tan violentamente que los árboles serán arrancados de raíz y las montañas caerán; cada unión y cada eslabón se romperá y se separará, liberando a Loki y su hijo, el lobo Fenrir. El terrible hocico de este lobo se abrirá tanto, que la parte inferior de su quijada raspará contra la tierra y la parte superior de su quijada ejercerá presión contra el cielo. Las llamas bailarán en sus ojos y saltarán de sus fosas nasales.
Eggthér, el vigilante de los Jotuns, se sentará en su tumba y rasgará su arpa, sonriendo severamente. El gallo rojo Fjalar cantará a los gigantes y el gallo de oro Gullinkambi cantará a los dioses. Un tercer gallo2, de color rojo óxido, levantará a los muertos en Hel.
Jörmundgander, la serpiente de Midgard, se levantará del lecho profundo del océano para dirigirse hacia la Tierra, retorciéndose y girando con furia sobre sí misma, provocando que los mares se alcen y azoten contra la tierra. Con cada respiración, la serpiente arrojará veneno, salpicando la Tierra y el Cielo con él.
De las tierras del este, el ejército de Jotun, conducido por Hrym, saldrá de su hogar en Jötunheim y navegará en la espantosa nave Naglfar (fabricada con las uñas de hombres muertos), que serán liberados por la marejada y la inundación, hacia los campos de batalla de Vigrid.
Desde el norte, una segunda nave dirigirá sus velas hacia Vigrid, con Loki, ahora desatado, como timonel, y los horrorosos habitantes de Hel como peso muerto.
El mundo entero estará en guerra, el aire temblará con los ruidos, fragores y ecos. En medio de esta agitación, los gigantes de fuego de Muspelheim, conducidos por Surt, avanzarán hacia el sur y partirán en dos el mismísimo cielo, cerca de Vigrid, dejando todo a su paso ardiendo en llamas. Mientras cabalgan hacia Bifrost, el puente del arco iris, éste se agrietará y se romperá tras ellos. Garm, el perro del infierno frente a Gnipahellir, también conseguirá liberarse. Él se unirá a los gigantes de fuego en su marcha hacia Vigrid.
De esta manera, todos los Jotuns y todos los habitantes de Hel, Fenrir, Jormundgander, Garm, Surt y los hijos ardientes de Muspelheim, se reunirán en Vigrid. Todos ellos llenarán el vasto terraplén que se extiende a ciento veinte leguas en cada dirección.
Mientras tanto, Heimdal, siendo el primero de los dioses que verá a los enemigos acercarse, hará sonar su cuerno Gjallarhorn, con tal ímpetu, que será oído a través de los nueve mundos. Todos los dioses despertarán e inmediatamente se reunirán en consejo. Después, Odín montará Sleipnir y galopará a la morada de Mimer para consultarle sobre el destino de su pueblo y de él mismo.
Entonces, Yggdrasil, el árbol del mundo, se sacudirá desde la raíz a la copa. Todo en la tierra, el cielo y Hel temblará. Todos los Æsir y Einherjer se pondrán sus vestimentas de batalla. Este extenso ejército (432.000 Einherjer — 800 de cada una de las 540 puertas del Valhalla) marchará hacia Vigrid y Odín cabalgará al frente, usando un casco de oro y una faja brillante, blandiendo su lanza Gungnir.
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