Carlos Andueza es un
casi-periodista de la Universidad de Chile. Lo conocí el 2009 cuando
twitter aún no era invadido por Bielibiers, marcas ni
ciberactivistas enardecidos. Eran los tiempos en que las personas
contaban sus historias en la red social, habían encuentros entre
tuiteros y todo era algo más familiar. De ahí que mi primer día
del sexto semestre me fui al Centro Cultural de España a verle y
terminamos cayéndonos bien y nos hemos encontrado algunas veces más.
El año pasado nos vimos
poco eso si, todo muy movido, por lo que solo conversábamos de
cuando en vez por Gtalk o Twitter. Carlos ahora trabaja en El
Mercurio, en el segmento de Artes y Letras y continua sus estudios.
Ya es casi completamente un hombre de ciudad, lejos de Victoria, su
lugar de origen y crianza. Carlos se esta convirtiendo en un experto
en Ficción y eso nos lleva a tener varios gustos en común.
De ahí vienen
conversaciones y encuentros que tienen un toque a los relatos de
Zambra o Fuguet, todo envuelto en una atmósfera intelectual, llena
de misterio y en una profunda y abatida urbanidad donde todo puede
pasar por nuestras mentes. Son las cosas que la gente que cuenta
historias puede darse el lujo de hacer.
Carlos es también un
hombre de aura azul, que desentierra historias que parecen
inverosimiles y que a veces también el duda de la autenticidad. Lo
cierto es que se rodea de la fantasía, especialmente gráfica, donde
el lee y relee historias hasta que el mismos las cuente en la forma
que desea hacerlo. De ahí es que agrade escucharle sus historias y
preguntas, de verlo en acción dentro de la ficción del mundo del
Comic, la ficción y la gráfica chilena y de leer relatos que el
mismo construye y recomienda. Considero que estoy frente a alguien
que será determinante, en pocos años más, sobre que comprendemos
por literatura en esta corta y angosta franja de tierra.
Su departamento, como sus
pasos, tienen también esa aura azul. No necesitan tener música de
fondo para resonar, ya que tienen una tranquila y profunda melodía
natural, como Explosions in the Sky que generan una atmósfera
genuina para dejar volar la imaginación. Como que todo lo que rodea
a Carlos, consciente o inconscientemente cuenta historias, como la
casa de un escultor da la idea de que todas las rocas te observan, la
casa de un periodista tiene el sonido a que todo te cuenta una
historia.
En estos días Carlos
busca encontrar un tema para su memoria, una que probablemente tendrá
mucho de la mística chilena y de encontrar(se) las formas de narrar
más increíbles que pueda. Y que esperaré de leer de mi amigo
Carlos.
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