NOCTURNO VI - Mistral
Lento perdón de diez años,
más lento que río bebido,
más lento que sangre en tierra,
más que lágrima de resina.
Perdón por fin diciendo estoy
por veinte años retenido,
perdón de cantos no cantados,
de los llantos no secados,
de los dioses no servidos,
perdón vestido de viejo polvo,
perdón que llega así transido
*jadeando como las cuestas,
perdón que en noches y que en días
ni al alma mía he prometido
y que baja antes de tu muerte
y madura antes de la mía.
La fiesta sea de mi Arcángel
al ver mi cielo renacido;
la fiesta sea de mis muertos
que cantan viendo mi camino
hasta sus pies, hasta su diestra,
fiesta del corazón temblando
corno un ciervo de regocijo,
y de su grito que es por mí,
y va llegando a Jesucristo.
30 - Huidobro
Señora hay demasiados pájaros
En vuestro piano
Que atrae el otoño sobre una selva
Espesa de nervios palpitantes y libélulas
Los árboles en arpegios insospechados
A veces pierden la orientación del globo
Señora lo soporto todo. Sin cloroformo
Desciendo al fondo del alba
El ruiseñor rey de setiembre me informa
Que la noche se deja caer entre la lluvia
Burlando la vigilancia de vuestras miradas
Y que una voz canta lejos de la vida
Para sostener el espacio desclavado
El espacio tan lleno de estrellas que se va a caer
Señora a las diez huele a tabaco de artista
Amáis el nadir a cuerpo de pájaro
Sois un fenómeno ligero
Me voy solitario hacia el ocaso de los turistas
Es mucho más bello
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