Hay momentos, momentos amargos que lamentablemente aparecen, aparecen como una sombra que oscurece mi alrededor, que simplifica mis pensamientos y me sumerge en la pena, en la nostalgia, en la perdida.
Acabo de vivir uno de esos momentos.
Cuando recuerdo a mi mamá me pongo sumamente emocional. Es entendible, tan solo han pasado dos meses, pero me gustaría que no fuera así. Me gustaría sentir esa fuerza interior constantemente que me levanta y me permita vivir sin extrañarla, si no que añorandola por sus acciones en vida.
Quizás el principal pensamiento que me ha hecho, me hace y me hará pararme de estos momentos, cada vez más rápido y con más seguridad, es el hecho de que creo (o quiero creer) que el no dejarme afectar, que el ser capaz de seguir, de avanzar, de caminar, de continuar es lo que Patricia hubiese querido, creo que quería que cuando ella muriera no sufriéramos, Francisco y yo, las consecuencias que ella sufrió como cuando murió mi abuela.
Hoy Jueves recibiré un Diploma de Estudios Básicos en Química. Es como un primer reconocimiento por estudiar 3 años en la Universidad. Algo como un incentivo para seguir adelante, para decirnos “Si, van bien” Algo que apunta a modernizar los procesos de evaluación y aprendizaje a través de la imposición de escalafones intermedios en la formación de profesionales de excelencia. De verdad, su sentido me parece más bien simbólico que concreto y que podrían haber muchas mejores estrategias para reconocer tres años de estudio, considerando que en este semestre, la gran mayoría de quienes recibimos este diploma hoy podemos conseguir nuestro grado académico de licenciad@s en Ciencias Químicas (con las menciones ad hoc).
Confieso que a pesar de mis reparos, me hubiese gustado tener sentada a mi mamá hoy por ahí viendo la ceremonia. Si, pueden tomar el lugar del comentario conformista y condescendiente (como alguna de mis sesiones en Facebook) de decir que mi madre estará conmigo, que en mi corazón llevaré su cariño y cuanta webada más. La verdad, lo que quisiera recibir es un abrazo y un beso de ella. Y la verdad, es que soy consiente a pesar de todo lo que me duele, que no será como a mi me gustaría que fuera.
Lamentable, pero realista. Tan lamentable como el que no pueda conseguir hora con un psicologo para “enfrentar mejor la perdida de mi mamá paty”, lamentable como que mi concentración ande como las weas por esto, lamentable como que no comprendo por que cada vez que lloro por mi mamá desde el 5 de Junio suena Brand new colony de The Postal Services como si mi mamá me quisiera decir algo y yo no pudiera descifrarlo. Lamentable como la ceremonia de pocas horas para mi, donde con quien me gustaría estar tiene su cuerpo a unas cuadras bajo metro y medio de tierra: tieso, frío, rígido, apacible, apagado, morado y en definitiva, muerto. Lamentable, pero realista.
El lunes, luego del cumpleaños de Bárbara, llegue a mi casa y deje el pequeño recuerdito que me entrego por asistir. Esto hizo que yo al llegar entrará buscando en las profundidades de mi cama mi caja de recuerdos. Esta caja contiene muchos elementos, imágenes y textos propios de una caja como esta. Las cosas que dan significancia a mi existencia y es necesario para mi proteger y almacenar. Al abrirla me encontré con las misma fotos que causaron mi primer llanto luego de que mi mamá falleciera y mi animo festivo y alegre tras la fiesta en un proceso más rápido que la fosforescencia se turno nebuloso, turbio y comencé a llorar. A llorar tan lamentablemente como me siento cada vez que se me cruzan los recuerdos por la cabeza. Pero tan rápido como me cruzan estos pensamientos por el coco, la realidad me lanza al piso diciendome “ya fue, ya murio” en un pesimo intento de colmar mis deseos y detener mis arrebatos.
Quizás el asumir esa noche en el San Borja como fue “This is the last time”, hubiese dicho Keane, permita que en no mucho más tiempo pueda sentirme más encajado conmigo nuevamente, me permita seguir como creo que le gustaría y me llevé a comprender que dentro de ese lamentable cuadro psicologico, “'I'm looking for something, something warm, something real, something strong” que me conduzca a una salida de mi lamento, de mi miserable a veces enternecedor, lamento... de verdad, quiero dejarme de dar pena a mi mismo...
Hace un tiempo apareciste en una clase mía y hablaste cosas del Senado. Confieso que no te puse tanta atención y más bien pensaba "Yo te leo de repente! Mich! Y hablas lindo". Me hizo gracia que te aparecieras en mi mundo, jojo!
ResponderBorrarSomos bien distintos, pero tu escrito describe mucho mis propios lamentos actuales. Son por razones también muy distintas, pero la sensación es casi la misma. Incluso, hay dos cosas que puedo hacer de forma instantánea: quedarme dormida y llorar.
Mientras el tiempo pasa todo se ordena, pero es lento y cansador. Siendo así, he tratado de aprender a no lamentarme tanto por tener una pena que no se pasa. Es decir, si hay que estar triste y tener ideas y sentimientos confusos habrá que aceptarlos y apapacharse a uno mismo, darse permiso para estar echo mierda un tiempo, lloriquear si quieres y hacer lo que quieras si sientes que te hace sentir bien. Hoy me dije "Quiero helado de manjar, aunque ya he comido muchas tonteras estos días... Pero qué importa? Estoy triste así que merezco mi helado". Sigues sintiéndote loser, pero no un loser taimado contigo mismo, sino un loser en paz.
Bueno, no es que intente darte consejos, porque la verdad es que nunca sirven, pero recordé eso. Además, dicen que no hay que tomar remedios que te recomienda alguien a quien sí le funcionó.
Si sientes que no puedes solito, trata de ir al "pisicólogo". Yo iré el martes para que me ajusten algunos tornillos.
Mucha suerte y éxito con el nuevo semestre. Ya todo estará bien de nuevo, siempre es así.
(Y después caga todo otra vez, y así sigue la vida... xD)
Muchos besitos!