abril 03, 2010

Lamentable personaje soy: Animae Sociale

Esto es un Mea Culpa. Si ahora me preguntan si soy un personaje en mi carrera, diria que lo soy, quizas incluso en la Universidad. ¿Pero es de verdad? Lamentablemente no en un 100%, hay que raspar para encontrarme. Quizas es está una de las grandes diferencias del Martín que existía en el colegio. Era algo más piola, igual de oscilante y tal vez mucho más ñoño, pero no era “un animal social” como algunos me denominan.

Porque Ricardo y Nicolás tienen toda la razón al reprocharme mi actitud sacada de Primer Plano que he construído en tres años de pelambres, escandalos y vociferaciones. El Ventilador en que me he convertido es sólo un personaje que manifiesto en mi vida universitaria, mitad en broma, mitad en serio. Esto desde este punto de vida es lamentable.

No es que sea falso, solo que es exagerado, más hiperventilado y sin filtro de lo que soy. Quizas es mi loca y desquiciada necesidad de estar siempre vigente, un camino fácil que hace creernos trascendentes pero que a la larga ha generado desconfienzas profundas y amistades banales donde podrían haber puentes de duraderas amistades y profundos lazos afextivos que he obtenido con pocas personas en la U, a veces, muchos de quienes no espero.

Que al final termino siendo un picaflor social, sin grupo y algo desadaptado que polula con información el entorno y da ciertos vicios a este. Por eso se me han desbaratado sociedades y caído algunos ideales. Mala cosa. Lo bueno, es que hay personas muy valiosas que son más curiosas que yo que buscan el verdadero Martín que hay detrás de la pantalla de polítiquero, pelador y pierdete-una. Esas personas son quienes valen la pena para mi, e incluso más, aquellos que tienen la paciencia para sacarme de mi personaje y saberme hacer callar cuando es necesario.

Quizas esto justifica absolutamente la actitud de Marco y tantos otros de ignorarme de sus existencias, e incluso me coloca como el verdadero culpable de las rupturas con mis ex-amigos. Pero son sacrificios que mi yo aún más inmaduro que ahora tuvo que afrontar y que a pesar de las funestas consecuencias me permiten (a veces) darme cuenta de cuales son los verdaderos errores que comento con las personas, con sus sentimientos, con sus espectativas de mi.

Creo que este semestre será muy para mi. Debe serlo con la carga académica que tengo, las esperadas dos ayudantias se tornan lastres en mi rútina habitual de ocho ramos y las inconclusas experiencias de mi unidad de investigación del verano harán que deba dedicarme en estos días a sacar conclusiones del fenómeno a estudiar. Definitivemente el personaje , el “Animal Social” no es quien estudia Química, si no que el verdadero Marciano... Y este semestre tendre mucho menos tiempo en la escena si quiero lográr sobresalir por mi inteligencia que por mis compulsivas y tradicionales actitudes en la Universidad y darme cuenta, luego de esta pausa en el telón antes del Climáx del teatro que cosas deben retocarse de este personaje y cuales lo hacen verse Barroco o incluso Rococo de tanto adorno que cuelga de mi cuando me visto para salir al patio e interpretar nuevamente mi papel. Reiteradamente lamentable, como me lo demostro Ricardo y Nicolás.

1 comentario:

el constructivismo utópico, la épica delirante

 Porque dejar que las cosas buenas se vayan. O quizás, es tiempo de regresar al texto. 

Hackear el marciano

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