marzo 13, 2010

Earth


La tierra nos reside, nos contiene, nos aloja. La tierra es el lugar que nos remece, nos quiebra y nos quiere, nos permite pisarle, nos da estabilidad, nos alimenta, nos hace ser terrestres, ni aereos ni acuaticos, meramente terricolas. La tierra nos escupe fuego, nos permite consumir el agua que almacena, nos límita con la atmosfera. La tierra tiembla, como muy bien recordamos. La tierra resibe nuestros escombros, nuestros restos y nuestro polvo, nos amenaza, nos escucha y nos siente, nos lamenta y nos festeja, nos alza y nos hace caer en la profundidad. La tierra nos come, nos curva y nos estira, nos separa para unirnos en otras partes. La tierra choca en sus placas y nos hace vibrar con clases de ondas distintas. Haciendonos bailar en la madrugada. Nos remece y nos estremece. Nos opaca y nos hace olvidarnos de la individualidad. La tierra nos esconde muchisimas bellezas, vivas o secas, humedas o congeladas. La tierra nos asienta, nos cultiva y permite que la cultivemos, nos nutre, nos mueve: rotación, traslación, bamboleo y precesión. Nos da coordenadas, nos desplaza y nos entrega energía. La tierra es conjunto de sales y rocas de silicio, oxígeno, hierro, calcio, cobre y malaquita, de lapizlazulí, de uranio empobrecido, de brillos opacamente metálicos, de sustancias calidamente congeladas y de culturas sincreticamente describibles. La tierra es la pachamama, el hogar y origen de todas las especies, incluso de las especies más abominables que puedan imaginarse. La tierra nos da donde pararnos cuando nos hace caer, la tierra es contradictoria en muchos sentidos, como nosotros. La tierra nos comunica de las formas más locas y metafisicas, más alla de las redes de telefonia m-ó-v-i-l o incluso de las ondas sismicas. La tierra nos comunica con toda la energía de este sistema cerrado ¡Qué tambien llamamos tierra! La tierra es el motivos que nos hace ser un “nos”




In memoriam de todas las victimas del Terremoto del 27 de Febrero del 2010.

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