febrero 18, 2010

El hombrecito de Jengibre



No he sacado la cuenta exacta de días que llevo conociendo a Martín Andrés Pérez Comisso, solo sé que fue un 10 de marzo del 2008. Como olvidar el día en que conocía a mis futuros verdugos del mechoneo y liderados ni más ni menos por aquel al cual le hago honores a través de este escrito.

Creo que me llamaron la atención las mismas cosas que a muchos otros con anterioridad, excesiva alegría y energía, tenacidad, brillantes, elocuencia, infantil y por supuesto: movimiento… mucho movimiento.
Martin es una galleta, pero no cualquier galleta, él es un Hombrecito de Jengibre

Describir y desentrañar a una persona es una tarea compleja, pero es aun más complejo hacer este trabajo sobre una galleta. Todas estas características mencionadas anteriormente y otras más me recordaron a este personaje que es uno de mis favoritos de la infancia.

La galleta saluda al mundo”

¿Y que es un hombrecito de jengibre? ( Me estoy basando en un cuento de antaño, y ver shrek no es suficiente para entender la escencia de este personaje, menos la escencia de la analogia XD)

Podríamos decir que varias historias son las contadas, muchas visiones son vertidas, demasiados pelambres han sido esparcidos (y algunos adivinen por quien! xD). Pero… Para los que ya conocen la historia (si usted no la conoce, que espera! Use Google.) ¿No cree usted que se parecen?

No es menor verlo correr por todos lados y de vez en cuando siendo perseguido por una vaca, un caballo o un par de ancianos por la facultad y él diciendo: “Corran corran todo lo que puedan” con una excesiva pero admirable confianza en sí mismo

“Galleta bajo los efectos de la endorfinas al correr”

Pero a juicio de ustedes, insisto , ¿No creen que se parecen? . Corriendo por donde sus pies de Hobbit lo lleven, haciendo su voluntad al puro estilo del “defensor de los intereses de los suyos” (sus mechones, compañeros y mascotas), sin importar que un astuto zorro podría darle más que un obstáculo mientras lo ayuda a cruzar el rio en su maratónica travesía que es la vida, la vida como una galleta donde sus trozos están esparcidos por el mundo.

Pero siempre corriendo, imposible no identificarlo.

Al principio me causaba curiosidad, por mi forma de ser, en mi mente se formaba a veces ciertas imágenes alimentadas por tanta palabra reveladora de muchos detalles. Por ejemplo, en mis tiempos de reuniones con el blanco y accidentado techo de mi pieza se formaba un relato como este:

“Era de noche, él iba caminando como de costumbre en una de las tantas noches de verano que adoraba salir y sentirse dueño del mundo a través de sus pies (como él suele afirmar). Seguramente se encontraba en alguna cuadra en el límite entre Santiago Centro y Providencia, o tal vez en frente a una fachada que le recuerde algún momento de su infancia y que honrará con una fotografía para alguno de sus relatos que asegura dejar solo a determinadas personas como un hábil repartidor.

Por su mente pasan muchas cosas. Rápidas, confusas, claras, lógicas para él e ilógicas para los demás, mientras escucha algún soneto moderno con ritmo allegro que es acompañado por el caminar constante. En su espalda siempre lleva una mochila, fiel portadora de cada cosa que le sea útil o con potencial para presumir.

Siempre está en movimiento, camina, corre, baila, al estar sentado “oscila”, ¿es que no se le acaba la energía?
Llega a una calle conocida, una casa familiar, la luz apagada. Están todos durmiendo.”

Inspirador… 

Hace un año o más llevo leyendo el biotopo, curioso nombre, aunque abarca bien la globalidad de los temas y sentidos que tienen sus escritos. Es cierto que son relatos muy personales e individuales, pero es una ventana, una muy generosa. Su creador invierte tiempo y dedicación para que este espacio sea digno de sus lectores, e inspiración para otras galletas.


“Galleta explorando la red del Jengibre”

Pero leer relatos es solo ver la punta de iceberg, el mundo está lleno de superficialidades, tengo la suerte de conocer a Martin en persona, es común en la naturaleza humana tener prejuicios, nunca sabrá si la galleta que tiene frente a usted tiene chips de chocolate o pasas (wakalaaa XD) si no la prueba, nunca lo sabrá (todo dentro de la analogía, no se le ocurra un día llegar y pegarle un mordisco xD wajajaja), pero les advierto, es de Jengibre, al principio es extraño, se vuelve exótico, complejo en lo sencillo, sale corriendo y si al final lo alcanzas te preguntaras cuando fue que se convirtió en tu galleta favorita.

Feliz Aniversario Biotopo del Marciano.




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