diciembre 24, 2013

Efe

"Si quieres algo de verdad, debes saber dejarlo llegar, debes saber dejarlo partir"

Hace poco más de un mes conocí a un chico.
Era bajito, tierno, ñoño y adorable.
Me pase todo mi viaje a Pucón (si, fui a pucón) conversando con él y gastando la baterial en largas conversaciones por what App.
Incluso, cuando llegue, lo primero que hice fue ir a verlo a él un viernes en la mañana.
Me enamore. Y harto.
Me hacía sentir tranquilo en lo intranquilo que andaba mi itinerario vital.
Pero el no sentía lo mismo por mi. Me lo dejo claro y sentía como mi pecho se apretaba como cuando casi me ahogue.
Luego eso lo enternecio, y nos seguimos viendo
Fue "algo complicado".
Y yo lo iba a ver, hablabamos de pocas cosas
La conversación no evoluciono mucho entre mi embelesamiento e inseguridades. 
Hasta que un día le mentí.
Y cuando supo, ese mismo día la verdad, le di la escusa perfecta para botarme.

Y esa es la historia de mi primer amor.
Nunca la espere.
Solo llego.
Mi corazón late rápido cuando lo veo.
Su aroma me persigue todo el día, toda la noche, todo momento, por más lejos que este.
Sus palabras resuenan.Hipnotizan. Me dejan sin hablar.
Pero las cosas sin nombre no existen.
Y he sentido en este mes cosas que pense que solo pasaban en los libros.
Y no se como repararlo.


 
Su nombre era Efe. Es ilustrador.
Y ahora, podríamos decir que me odia.
No lo culpo. Le mentí.
Simplemente, no me sentía suficiente para él.
Tengo miedo. Por cosas como está tengo miedo de mi mismo.

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