Ni todas las páginas de la tesis me alcanzarían para agradecer a quienes permitieron, de diversas formas, que llegase a completar mi formación universitaria. Creo he tomado un camino poco habitual para alguien que se forma como científico. Probablemente es porque oscilo. Habría que analizar la evidencia. . . Por eso, el primer agradecimiento es para quienes no aparecen explícitamente nombrados en estás páginas y que hicieron de mi experiencia universitaria una sorprendente, intensa e indescriptible aventura (física y digital) en casi siete años recorriendo no solo los campos de Olivos, si no que, la Universidad de Chile en toda su extensión.
Debo mis más profundos agradecimientos a mi director de tesis, Dr. Gerald Zapata, quien me entrego conocimientos, experiencias, un gran trato, muy buena voluntad y por sobre todo su paciencia. Sin ella difícilmente esto habría acabado bien. Mis agradecimientos por todos los buenos momentos, y mis más sinceros respetos. A mi co-directora, la Dra. Angélica Fierro que apoyo este proyecto y me oriento con mucha perspicacia y claridad para lograr obtener un trabajo de alta calidad científica.
A los miembros de la Unidad de Gráfica Molecular: Leslie, Cristian, Silvana, (Sebástian) y la adorable Montserrat. La experiencia de pertenecer a un grupo de vanguardia y excelencia no habría sido la misma sin la convivencia diaria con ustedes, y está tesis tampoco sin sus colaboraciones.
A aquellos compañeros de armas en el descubrimiento de las teorías y experimentos que descifran la estructura profunda de la Materia que fueron y serán de gran confianza en todo lo que enfrentamos juntos estos tiempos y que fueron incondicionales amigos luego de tantas aventuras en la facu: Luis, Johanna, Alicia, Anakenna, Karina y Raúl. También, a quienes confiaron en mi durante estos años para poder desarrollar mis ha- bilidades científicas, no solo en la esfera de aprendiz, si no de ayudante o docente: Gianni, Jaqueline, Julio, Isabel, Jorge, Daniel, Oscar y Margarita. Gracias por permitirme conjugar mis aprendizajes y formación científica con la principal vocación con la que cargo: la de enseñar.
A mis amigos más queridos: Sebastián, Claudio, Daniel, Eduardo, Gustavo, Amaru y José Manuel. Y a mis amigas dulces y siempre presentes Angelina, Catalina, Natalia, Javiera, Nicole, Sara, Macarena y Tamara. Han sido como hermanos por este camino que es el vivir y me reciben en sus casas como uno más de sus familias. En mi dispersión y locuras, sin ustedes, difícilmente habría tenido las fuerzas para sacar grandes proyectos adelante; especialmente este último, el que he sentido como el más difícil de todo mi proceso de formación.
A quienes me han alegrado compartiendo sus logros y vidas conmigo de diversas maneras: Oney y Merly; Jonás y Rebeca; Daniel y Nadia; Loreto y Max; Cecilia y Aldo; Cynthia y Victor; Gonzalo, Adrian, Raúl, Pancho y Daniel, Rosa, Rocío, Zaki y Carlitos, Barbará y Richard; Aldito y Gabriela; Rosy y Manolo; Javier y Oscar. Todas las veces que me salvaron han contribuido a mantenerme , en múltiples sentidos, vivo. Me entregaron no solo cosas materiales y económicas, si no que también su confianza, y lo más importante, un espacio en sus corazones. Mi cariño hacia ustedes queda permanentemente explicito en estás líneas.
También debo hacer mención a los grupos humanos que me entregaron la oportunidad de desarrollar todas mis (multivocacionales) talentos en estos años: La Sociedad de Debate, Cultura Libre, la Coc(h)ina, SECMA, el Pleno de la Federación de Estudiantes, La Piscina Universitaria, La Orden del Mechero Calado, La Ciudad Atómica, y el Senado Universitario. Las experiencias vividas ahí han forjado profundamente mi visión de mundo y mi concepción de la Universidad. Los grandes logros logrados junto con ellos permitieron aprender mucho más que en cualquier aula y me permitieron explorar de una manera plena lo que significa ser parte de la Universidad de Chile. A quienes he conocido en todas estás aventuras reflejan la genialidad y diversidad de la institución donde todas las verdades se tocan.
Es menester agradecer también a la institución que aposto por mi y con la que financié (o mejor dicho, no debí financiar) mis estudios: Beca Universidad de Chile. Me siento infinitamente afortunado de no haber tenido que endeudarme para recibir la mejor educación en un país donde la educación segrega por su elevado costo y el lucro es el motor de la desigualdad. Me siento orgulloso de mis compañeros con los que marchamos para que la Educación Pública, Gratuita y de Calidad sea una realidad para todos los chilenos y chilenas. Espero que con la mayoría de mis acciones en la Universidad haber devuelto aunque sea la milésima parte de todo lo que ella me ha entregado y apoyado estos años.
Es justo hacer mención aquí también a los funcionarios y funcionarias que me compartieron su experiencia y cariño en estos años: Julito, Chendo, la Sra. Chelita, La tía Patty y el tío Richard, Cecilia, la Sra. Ximena, Sandritas (Jimenez y Morales), Javier ’El Gato’ y Óscar, Sra. Leonor, Don Gérman, Fernando y Rocío; y otros tantos más. Su compromiso con la Universidad es el más profundo de todos y la hacen vivir silenciosamente para quienes estudiamos y quienes nos enseñan. Gracias por siempre estar ahí para salvar nuestro día.
Un especial agradecimiento a Oney por mostrarme este camino que decidí tomar y darme bríos para creer que podía ser un científico; y a Edith, mi profesora que irrestrictamente creyó en mí hace siete años y me financio para poder vivir ni la presión del techo. La mayoría de las cosas que ocurrieron en la Universidad fue gracias a que no estaba obligado a trabajar (aunque a veces lo hacía) para tener un techo, a pesar de mi disfuncional familia.
Un último y final agradecimiento a todos quienes aportaron en la corrección y mejoras (y el aguante en la redacción) de este documento, especialmente Mauricio ’Pacha‘Vargas quien sin él este documento no tendría la calidad que hoy presenta.
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