agosto 31, 2013

Disgresión

Soy una mezcla de chocolate blanco y menta. Cubierto con el polvo de 24 años y los colores difusos y futuristas que traen los miedos del futuro. Soy un lio de cables unido por tensores, en espacios vectoriales de dimensión finita. Soy una capsula de átomos. Soy un punto sobre el mapa de tu cuerpo. Soy la muerte del olvido, la semilla del ayer, que florece en los canticos del mañana en las calles oxidadas, en las calles trasvestidas. Soy una carta que envía el último solitario, escrita en el desierto de caricias que es tu falta de pasión. Soy la cara del último pasajero del metro. Soy el beso del primer infante en el hospital. Soy la sombra de quienes vociferan las verdades y la espada de quienes defienden la educación. En la luz de las mentes me convertiré, cuando mi leyenda pase a ser el mito del marciano.

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 Porque dejar que las cosas buenas se vayan. O quizás, es tiempo de regresar al texto. 

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