PRESIONE PLAY ANTES DE LEER
"The most thought-provoking thing in our
thought-provoking time is that we are still not thinking."
Martin Heidegger
Este mes por primera vez en mi vida que tengo tantos amigos fuera. Algunos en Argentina, estudiando, otros en Europa de vacaciones, o adentrados en la nación del norte recorriendo lo último en el modelo capitalista. Otros explorando lugares exoticos como Rusia, India, Marruecos y Sudafrica. Algunos también dentro del propio Chile buscan y rebuscan su lugar. Como Tity, que se cambia de ciudad para buscar suerte como abogada, a un pueblo muy distinto a su Vitacura habitual. Otros ya planifican cambios mayores: Cristina con su pololo Miguel se van a Argentina, juntos, a estudiar y vivir por unos 6 +/- 1 mes.
Cambios hay en todo momento. Quizás, como dijo Robin en "How I met your Mother" lo unico que no cambia es que todo cambia. También lo dice Simón en "Inbetweeners" o Amy en "Futurama". Los movimientos de las personas y las cosas están constantemente en un devenir (como dice el Filosofo Heráclito en los inicios del pensamiento contemporáneo occidental). Sabemos que las cosas que estàn, algún día ya no estarán.
Pero el día de la junta-despedida de Tity, hace dos domingos, sentí algo extraño y cosmico. Cuando había terminado todo y me fui caminando hacia el poniente por calle Rododendros, el playlist de mi celular cayó en está canción de Radiohead, canción que siempre me deja con la sensación de que nos observan y nos escuchan. Con la sensación de que cada mariposa aletea con un motivo y que el tan ansiado sentido que buscamos en nuestras vidas, ese esquivo y tan idealizado sentido está en el aprendizaje que nos deja cada cosa en su lugar.
Confieso que los viajes de mis amigos y mis cercanos, los movimientos para el norte y para el sur los he sentido con cierta peculiaridad en estos días. El viaje de gaptone a Brazil, la practica de Adrian en La Serena, el regreso estival de Jonás a sus tierras junto a Rebeca y las imagenes de Martina recorriendo Sudamerica. Los atardecerés de Gabriel, las historias de Rosa en el intenso Marruecos, los viajes de Nicolás por Europa y sus charlas en Mexico y Brasil; Los significativos mensajes y llamadas de Oscar en Miami y Cartagena de Indias. Todos esos pequeños hilos invisible, pero efectivos, que creamos con las personas se tensan misteriosamente en los viajes. Incluso de personas que solo haz saludado una vez como @stark contando su viaje a la MadrePatria me han cuadrado en un rompecabezas simbólico pero también narrativo.
¿Donde verdaderamente estamos? ¿Es el lugar correcto? ¿No estaríamos mejor en otro lugar, con otros tiempos y tal vez con otras personas? La ciber-realidad que nos compone hoy la materialidad de nuestras ideas es un hipervinculo a nuestros afectos y anhelos que nos capacita de seguir unidos a pesar de la distancia. Esas distancias que hoy tienen a Daniel bordeando el Estrecho de Gilbraltar y sus culturas o esas que tienen a Claudio viviendo un mes en La Plata no son solo latentes o simbolicas, si no que son reales y concretas, a pesar de su digitalidad. Heidegger (mi tocayo) dice que estamos en el mejor de los mundos posibles. Aunque el mundo de hoy, postmoderno, postmaterialista y postcultural es diferente a la bipolar realidad que configuraba los años de su producción intelectual. Las certezas son nuestras creencias y nuestras creencias son nuestras falacias en la arquetipica y multinarrada realidad.
Pero si algo he aprendido este mes entre lecturas de viajes, cuentos y realidades es que las cosas que nos conectan, nos hacen vernos en el presente, son las que ubican todo en el lugar correcto; Nuestro pensamiento.
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