Sobre el histrionismo, el teatro y mis enfermedades mentales

"La vida es el teatro. Y de los locos es está historia."

De un tiempo a esta parte me he vuelto ridiculamente "cultural" y voy al teatro muchas más veces que el tiempo que tengo para ello. Digamos, que es mi escusa barata para evitar los libros y decir que sigo adquieriendo cultura. 

Cuando estaba en cuarto medio, la mayoría de mis compañeros y amigos creían que estudiaría dos carreras: Pedagogía o Actuación teatral. Y como todos saben estoy en Química XD!. Pero también creo que ya todos saben que lo que más amo en el mundo es hacer clases. Clases histrionicas, cabronas, con colores, haciendo vocecitas, dinámicas y poderosas. Pero clases.

Ese histrionismo que me adscriben es un elemento en que el teatro es requisito. Es como para poder ser escritor es necesario hacer que tus textos mantengan al lector, como estás lineas están siendo seguidas por tus ojos ;D.

Desde un punto de vista psicologico, el histrionismo corresponde a un trastorno de la personalidad.  

A pesar de que es un diagnostico más frecuente en las mujeres, el histrionismo es algo con lo que vivo, especialmente el sintoma "muestra autodramatización, teatralidad y exagerada expresión emocional". Ùltimamente Oscar y Raúl me dijieron que pensaban que podría ser bipolar. Puede ser, pero no haré nada mucho para confirmarlo. Tampoco si es que tengo un trastorno histrionico o soy meramente un exagerado más.

Lo cierto, es que creo que tengo más de una enfermedad mental, pero no me interesa nunca saber cual es ni como tratarla. Ser el loco del pueblo en estos tiempos es más frecuente que estar cuerdo. Y me alegro por ello.

Volviendo al teatro, Cada vez que he ido a ver una obra de Teatro trato de recordar que la entrada la debo guardar, almacenar, como la historia en mi cabeza, la entrada en "La Caja de las entradas". El año pasado esta caja se lleno de obras que vi, solo o acompañado, en planes romanticos, amistosos, solitarios o meramente plasticos, me encontre en la posición de "espectador" de las realidades. Terminar el año con Hamlet fue de verdad una buena forma de hacerlo.

Y este año, al igual que el 2012, voy a ver varias obras en Santiago a Mil. Las entradas las fui comprando de a poco, entre Septiembre a Diciembre, diciendome "es una inversión para mi futuro"... Y así llegue a la siguiente cartelera de panoramas:

- Miercoles 9 (20:00) Pendiente de Voto - Sala Agustín Siré

- Jueves 10 (20:00) Jerk - GAM

- Sábado 12 (20:00) Redoble funebre para lobos y corderos - Teatro UC

- Lunes 14 (20:00) Cachorro Morto - GAM

- Miercoles 16 (22:00) Celula - Centro Experimental Arte Tessier

- Sábado 19 (20:00) La Tempestad - Teatro Las Condes

- Sábado 26 (20:00) Los Invasores - GAM

Además, dos panoramas extras este mes: 

- Viernes 11 (19:30) Los planetas (sinfonica) - Teatro UChile

- Jueves 31 (23:00) Digitalism (concierto) - Teatro La Cupula <3

Lo que más me entusiasma de esto, es ver la obra maestra de Shakespiere: La Tempestad...

 

Desde un punto de vista químico, el histronismo es afín al histronismo. El drama es afín al drama y la vida es un drama muy afín a ser dramaticamente exagerado. Para mi el teatro está resultando ser lo que para los griegos buscaba ser: un espacio de identificación, narración y catarsis donde las personas no son quienes dicen ser y todo está imbuido en la Virtualidad Teatral, en cuentos que nos creemos más que lo que parece. 

Estos cuentos al ser filmados han formado series, peliculas y muchas otras formas de interacción... Nos hemos olvidado un poco del teatro. De sentir la piel, tocar la escenografía (como cuando ví Calderón con Leyla) y respirar el mismo aire que un nervioso e histrionico personaje. El escuchar el clamor del aplauso, no a una pantalla; sino que a personas y recordarnos que el mundo siempre lo creamos en nuestra mente. Que la realidad no es más que un teatro que nos creemos mientras lo podemos vivir. 

Y como dice Bertotl Brecht "Si la gente quiere ver sólo las cosas que pueden entender, no tendrían que ir al teatro: tendrían que ir al baño.". Somos todos locos.