Hay noches en que escribir nos libera.
No hacerlo, es mantener
preso a los pensamientos y esto es tan inhumano como no compartir el
agua con un sediento, con no darle sobra a un insolado o como
acribillar un jardín infantil.
No dejemos presos a los
pensamientos, que solo ellos nos permiten volar.
Pensar son tus alas.
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