Juntamos la ropa en pequeños montones
de polvo, de tiempo, de ganas y de palabras;
Reunimos a las peronas en salas apelotonadas
de sillas, de cantos, de memorias y de zapatos.
Y al final apilamos experiencias, en pequeños frascos,
frascos redondos, cuadrados y profundos,
frascos del fresco vidrio de nuestro legado.
Dejamos las experiencias lo mejor acomodadas,
Apilandolas según mejor corresponda.
Pero hay días que las memorias no son solo historias,
son canciones e imagenes, fotografías y diagramas.
Son una sorpresa incomprimible.
Son un regalo inconmesurable,
que retenerlo tiene costo para nuestra imaginación.
Apilamos las responsabilidades una tras otra en el día,
para esconder experiencias, vislumbrar los colores.
Dejamos en una calendario centenas de minutos ocupados
Y solo un par de horas para el ocio... para los frascos.
de polvo, de tiempo, de ganas y de palabras;
Reunimos a las peronas en salas apelotonadas
de sillas, de cantos, de memorias y de zapatos.
Y al final apilamos experiencias, en pequeños frascos,
frascos redondos, cuadrados y profundos,
frascos del fresco vidrio de nuestro legado.
Dejamos las experiencias lo mejor acomodadas,
Apilandolas según mejor corresponda.
Pero hay días que las memorias no son solo historias,
son canciones e imagenes, fotografías y diagramas.
Son una sorpresa incomprimible.
Son un regalo inconmesurable,
que retenerlo tiene costo para nuestra imaginación.
Apilamos las responsabilidades una tras otra en el día,
para esconder experiencias, vislumbrar los colores.
Dejamos en una calendario centenas de minutos ocupados
Y solo un par de horas para el ocio... para los frascos.
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