Los pasos por la acera son veloces y asimétricos. Las gotas de agua y sudor, el plástico de la bolsa en la mano y algodón en los calcetines que vibran junto al camino. La ciudad abre camino un martes algo tedioso. Los negativos pensamientos que inundan las noticias se contrastan con la banales conversaciones que escucho en el metro y en la micro. Historias tan fantásticas como las steampunk pero donde un paco tiene el papel de rey oscuro, el héroe es un escolar con vocabulario limitado y el oyente parece estar más preocupado por que no se le caiga su joyita de la oreja. El metal es menos frío en la tarde, la música de la ciudad acompaña cuando el sol se ladea y la mochila, aunque pesa, es buena compañera.
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