enero 29, 2010

Que no se te olvide. (Escrito el 21 de enero)



Hoy, y luego de muchos años de dolores, mi querida madre ha sido operada de la rodilla derecha, en la cual se ha puesto una prótesis total.

Estuve, junto a toda mi familia, muy preocupado por ella durante todo el día, corriendo de allá hacia acá, comprando cada uno de los insumos que necesitaba y, una vez entrada a pabellón, preguntándole a los doctores y enfermeras sobre su salud, paseándose por los pasillos del hospital durante la espera, comiendo poco y aguantándose las ganas de ir al baño, solo por saber algo de ella.

Pero, ¿de qué sirve todo eso, si en el fondo de tu corazón, tus pensamientos no están verdaderamente concentrados en ella, sino en ti? ¿Tan absorto estás en tus dilemas, tan preocupado estás por ti mismo que incluso no has sido capaz de elevar una plegaria completa, decente, por quién es la persona que mas amas en tu vida?

¿En qué se ha convertido ese niño que veía el mundo a través de los ojos de su madre, y que ahora no es capaz de salirse de su mutismo, de su ostracismo mental, para situarse siquiera un solo instante en el verdadero dolor, físico y mental, de su madre?


¿Tan ciego, sordo e indolente te han vuelto tus laureles, tus años de ciencia, tu coqueteo constante con la muerte, que ahora no puedes sentir las lágrimas del otro, de ese otro tan importante?


Es cierto. Has vivido experiencias duras, la ciencia te ha ayudado a comprender el porqué y a confiar en el cómo. Es aún más cierto que tienes graves problemas, en tu propio cuerpo, en tu propia cabeza, en tu propia mente. Es incontestable que gozas del placer de tener razón constantemente sobre tus indicaciones, y por cierto que las cosas pasarán según tu mismo las previste.

Pero que no por eso se te olvide, que quién hoy padece, alguna vez lo hizo también por ti. Que quien hoy sufre, según tu exageradamente, fue la misma que te dio el ser, y al menos, por agradecimiento, deberías ser mas considerado con ella, con su dolor, y con su forma de ser.
Que no se te olvide que eres cerebro, músculo y corazón, donde se alojan tus pensamientos y tu acción, pero también tu alma, tan alma como la suya, con tantos o mas problemas que los tuyos, con muchos mas cansancios, esfuerzos y penurias, por cierto.
Que nunca se te olvide, que ese cerebro, ese músculo y sobre todo, ese corazón, esa alma, los tienes gracias a ella.
Déjate de lamentarte por tu sino y por sus quejas, escúchala y ámala, compréndela, pues nada mas tienes en este mundo. Que no se te olvide.

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