mayo 21, 2008

Apresiaciones desde mi nueva perspectiva



Veo desde mi ventana la zona norte de santiago, esta completamente iluminada en una noche lluviosa y algo fría. Rene me vino a dejar en su auto en una maniobra arriesgada, luego de una rápida visita a la “ocupación” de Casa Central, tuve reunión NIU donde me acompaño en esta oportunidad Gabo, y me pareció extraño que no dijese nada en ella, ni un suspiro ni una queja…

Así y todo hoy fue un día especial, donde en mi octavo hogar me resguarde hasta mediodía, cuando partí hacia unas clases particulares a la sobrina de la Profe Edith. Lamentablemente ella esta con licencia, cosa que me apenas y preocupa, tanto como las tradicionales y espamentosas replicas de mi madre y sus n+1 enfermedades, que me incomodan como una nube negra en mi existencia. No es mi mama, son sus quejas…

A parte, han pasado varios sucesos que no he relatado, después de una achacosa semana 10, donde el quejumbroso y cansado era yo acaeció un fin de semana donde mi única obligación era estudiar Calculo (en que por cierto, no me ha ido nada de bien) y en la cual me hallaba reviviendo las escenas de Tsubasa Cronicles, serie a la cual aun me faltan 7 capítulos de las segunda temporada mas los tres reveladores OVA’s de la trágica saga de Tokyo.

En eso el domingo no halle nada mejor que salir a caminar por el mundo, por las rutas desconocidas (y desiertas por la amenaza de lluvia) de la ciudad. En ello partí a las 15:30 con un recorrido al Museo de Bellas Artes en busca de la exposición “Geografía del Trabajo” que encontré bonita y socialmente positiva por varios motivos como descentralizar la imagen de ciertas pegas, ser un espacio que aúna la cultura nacional y dar pie para imaginarse un país mejor. Luego partí desde el Forestal, lugar donde se extrañaba gente hasta la zona Oriente, los lugares comunes, los recuerdos cliché y todas esas cosas mamonas y melancólicas que revivo de mi cada 2 o 3 meses yendo hacia allá. Me dio un tirón y debí pedir auxilio a la profe Edith nuevamente que me atendió con mucha hospitalidad y cariño. Luego regrese a mi casa y me acosté con un par de inflamaciones en mi pierna izquierda…

Dentro de este paseo, como en los que tanto me gusta hacer, me dedique a ordenar mi cabeza y despejarla de los “malos espíritus” que la habitan de cuando en vez. Con ello llegue a trascendentales definiciones como que el poder verdaderamente me corrompe, me creo demasiado el cuento, es una sangre distinta la que fluye en mi cuando macuqueo y persuado con esos fines, cuando muevo votos, cuando tengo la intención de joderle la pita a alguien para que no salga su idea, solo por que la dice el. Son estos asquerosos pero dulces vicios que hay de lograr lo que uno quiere a toda costa, de vivir como Maquiavelo (aunque no se le puede atribuir como tal el dicho a el) y de colocarnos en una perspectiva de “picado” como se dice en cine, en menosprecio de la realidad, solo por el hecho de que me siento dueño y ejecutor en ella. En el momento es rico, hasta gratificante, pero a veces luego llega la culpa y el orgullo evade las disculpas que si son necesarias y finalmente el reconocer los errores se dilata mas, mas y mas…

Luego lo junto con el eneatipo que un test de Facebook me lanzo “El Leal”, en el cual si puedo encasillarme y no me pareció extraño, esperaba otra cosa, pero mi vida se ha descientificado mucho en mi “residencia en la U”… En el test resulta que me define como alguien que hace cualquier cosa por sus amigos y sus ideales son los de sus compañeros, que es quien mantiene la vela del barco cuando hay tormenta y el cual se lleva el peso del mundo sobre sus hombros en la guerra, es como se dice, el que dice las cosas de frente, por que (cree) que es el sentir general y se lanza para manifestarlo cuando confía que lo hace para mejor. Esto a veces me pasa en reu`s NIU, o en las Asambleas de CCEE que me mando las partes creyendo que es un sentir general, que es la idea de consenso, pero no, no es así y me equivoco como creo que me equivoque al caminar 23 km en una tarde. Por que desde esta visión de Santiago Norte emana una nueva imagen de la vida, donde yo soy más conciente de las consecuencias de mis acciones. ¿A esto le llamaran madurar?

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