octubre 08, 2007

Los caminos a mi casa

Muchas Gracias por los comentarios, estoy bastante mejor y agradezco los sinceros deseos :D. Hoy traigo algo respecto al por que corro... Muchos me preguntan en la facultad "¿Por que corres?" y yo respondo "Por que si".

Me gusta caminar y correr, andar por la tierra sintiendo mi velocidad, aumentando mi rapidez, mirando la sociedad, de estas caminatas aprendo mucho. Generalmente un lugar común de ellas es el trayecto a mi casa. Ya que no tengo hora de llegada, pues me la impongo yo mismo pues hacerlo, arriesgarme a recorrer mi ciudad.

Comencé a hacer estos trayectos cuando vivía en Vitacura, no mas de 12 años, eran solo 5 cuadras que recuerdo con Nostalgia a mi colegio. Una vez, estaba caminando por estas pocas calles y me encontré un gatito pequeño, no se por que razones, me dio cosa que se me cruzara, creo que tenia algo en los ojos y me dio asco. En eso cae de la vereda a la acera, pasada un auto pero lo esquiva, me asuste mucho y en eso lo atropellan. Comenzó a convulsionar botando sangre por la boca, saltando como pez fuera del mar. Lo habían matado y fue por culpa mía, pues el gatito capto que no quería cruzármelo en el camino. De ahí llegue llorando a casa y fui lo recogí con una bolsa, luego lo coloque cuidadosamente en un basurero…

Ya un par de meses más grande fui a vivir a Quilicura, un dia me quede sin monedas para la micro, entonces ocupe mi memoria para recorrer el camino, salía de clases a la 14:00, llegue a las 19:00. Fui caminando por Avenida Independencia, seguía las micros que decían Quilicura, con mi mochila al hombro. Viaje por sectores que nunca imagine pisar, recorrí las fábricas, los sectores pobres de esa zona, luego el entrar en la comuna me fue dificultoso, las obras en las vías y el extraño nudo me hizo arriesgarme mas que un poco, afortunadamente llegue a Av. O’ Higgins y continué rumbo hasta Pucon, yendo por caminos se tierra. Al llegar mi mama tenia una junta con sus amigos, una de las pocas juntas que recuerdo que ella haya hecho con sus amigos mientras he vivido.

Ya mas grande viví en el Barrio Yungay, me encanta, me fascina el centro, lo encuentro tan lleno de vida y cultura, aquí fue cuando las caminatas se convirtieron en una tradición. Por Huérfanos, El Parque de los Reyes, Compañía, Agustinas, Rosas o Catedral caminaba en dirección a Santo Domingo, llego a un álgido punto cuando empecé a llegar todos los viernes casi a las 12, ya que luego de tener mi clásica reunión de Rol Advanced caminaba con Carla, Carlos, Lalo y quine se nos uniera hacia la Alameda, luego por esta llegaba hasta Maipú y continuaba por allí hasta estar en Santo Domingo. Fueron 3 años de este trajín.

Cuando el año pasado viví de allegado en la casa de los Echeverría me dirigía caminando desde el Pedro de Valdivia (El Pre, sede Vitacura) en Américo Vespucio hasta la iglesia de los Castaños, así fue hasta que me fui a principios de enero. Ese mes viví en la casa de los Elías, su gran hospitalidad no tiene comparación. Allí me gustaba recorrer lugares que no conocía como lo era Puente Alto o Lo Barnechea.

Ahora vivo en Macul, solo, gracias a la Profe Edith y el apoyo de Aldo, la Ceci y la Sra Anita. Me encanta caminar por Los Leones – Chile-España – Macul. Va de lo mas movido a lo mas acogedor, llego a mi calle y allí doblo. Me asaltaron en uno de estos trayectos, iba con yeso y bastante cansado luego de una visita nocturna a Edo para que me ayudara con las derivadas, en eso se me acerca un tipo y me roba mi celular (que me había ganado en mi Licenciatura como Premio de Ciencias), luego llegue a macul con Grecia y había un reten móvil. Las cosas de la vida.
Respecto a mis travesías corriendo, podría decirse que corro donde me siento familiarizado (o cuando lo necesito), ahí es cuando ando derivando mi posición, ganándole al tiempo pequeños instantes. En la Facultad y mi colegio son los lugares donde mi liebre interior se libera y no se detiene. Es tanto así que gente de años superiores de la facultad -según Claudio, mi ayudante de Física- me apodan “El mechón que corre”. No me molesta. Correr me gusta; voy rápido, voy feliz.

El jueves voy a ir al Estadio Nacional a correr por la facultad, intentare de hacer útil esta habilidad que he desarrollado con el tiempo. Voy a conocer el Estadio Nacional, y quien lo diría, lo haré compitiendo.

¿Tienes historias de carreras? Cuéntamelas ;) demás que nos hemos encontrado en alguna de mis travesías.

1 comentario:

  1. ¿Historias de carreras? Hm... no creo que tenga. Pero puedo relatar una sobre lo pequeño que es el mundo.

    El otro día recibí un mail de un desconocido, un tal Martín Pérez, me invitaba a echarle una mirada a su blog. Tratando de encontrar la conexión de mi correo con éste extraño individuo comencé a ver a quién más le había llegado el mensaje. Deduje (no sé si acertadamente), que mi casilla aparecía junto con otras de compañeros de mi CFG "Atmósfera, Tiempo y Clima". - Condenado ramo -pensé.

    De curioso entré al blog, esperando encontrar nada más allá de lo cotidiano. Sin embargo, cuando apareció la foto del "marciano", creí haberla visto antes... en otro lado... Concilio? Quizás... Cóctel?... probablemente... y lo recordé... "La Última Cruzada" 2006...

    No fue más que una fugaz y trivial conversación, pero recuerdo claramente el tema, el "marciano" se encontraba cada día más nervioso porque veía sobre él la temida PSU...

    -Qué pequeño es el mundo- dije. Uno nunca sabe, quizás el mundo gira tan rápido que en realidad nunca nos movemos de nuestro lugar...

    Saludos (y ánimo)...

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el constructivismo utópico, la épica delirante

 Porque dejar que las cosas buenas se vayan. O quizás, es tiempo de regresar al texto. 

Hackear el marciano

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