noviembre 13, 2008

Las escuelas para untar la margarina

Hay un alimento, pan nuestro de cada día el que con un poco de cariño y atención nos revelara los secretos de quien se sienta en nuestra mesa. Ese es la margarina, grasa pura y bien traída la cual esta al servicio del cuchillo a la hora de tomar el te o servirnos desayuno.

Dice la leyenda, que en la época feudal todos cortaban la margarina igual. Una forma propia y colectiva que jamás nadie podrá recordar. ¿Por que? Se preguntara señor lector, esta es una historia digna de mención…

Un día un brujo capturado por un lejano reino rival al suyo decidió lograr venganza de esta gente que le tenía preso. Estaba en una mazmorra cerrada y oscura y lo único que recibía para alimentarse era una hogaza de pan cubierta por margarina.

Todos los días unas manos rudas lanzaban este alimento para alargar su amargura. Entonces este hechicero quiso saber como era quien lanzaba el pan y así, sabiendo como era este podría tenderle una trampa. Pero la única información que recibía del exterior era un mísero Pan con margarina…

Es así como, haciendo uso de los rituales más oscuros y siniestros que conocía y de los escasos elementos que poseía determino que el único embrujo que podría realizar de diferenciación seria. Es así como acumulo su comida por mucho tiempo hasta que llego aquel día…

Cuando le estaban por lanzar el pan unas cadenas tronarían. Al hacerlo el sabia que podía hablar. Se abrió la ranura superior y el pan se asomo y el grito con sus escasas fuerzas “Ermetio Ples Nio-Bria” mientras el pan caía. Así vio como este se convertía en un pan donde la margarina fue cortada y no raspada.

-¡Eureka!- grito el tras varios días de aquel hecho por haber logrado descifrar lo que había recibido. Se dio cuenta que hay dos tipos de personas. Quienes raspan la margarina y quienes la cortan el lonjas antes de verterlas al divino alimento. Los primeros son personas quienes fluyen con el mundo, siguen los pasos del tiempo, sin tapujos y sin apuros, quienes la rebanan en cambio son personas directas y frontales las cuales saben decir que no y cuyo clamor y humor son superiores a los del resto.

Así fue como ideo un plan para escapar… Muchos días después se decidió a actuar y grito al momento de que lanzaban el pan -“Que le dijo un pan a la mantequilla- del otro lado escucho un silencio prolongado (signo que la compuerta no se haba cerrado aun) y escucho después de mucho tiempo la voz de la equivocación afirmando –No lo se- el mago mientras subía la pared de roca.

En eso cuando llego a afirmarse diviso quien esperaba la respuesta. Un seboso y maltraído hombre cuyos dedos estaban llenos de grasa, tierra y sangre. En eso responde el mago –“cuando tu no estas en mi nadie me come” (Chiste que fue dicho tantas veces por ser tan bueno, que para nosotros ciudadanos del siglo XXI es fome). El tipo se tiro de espaldas al piso a reír –“Juajuajua” Agarrándose su enorme panza y enterrándose mas en la mierda de su alrededor. El mago se agazapo por el orificio y se escapo de su prisión.

Lo que no sabía aquel brujo que al realizar su hechizo diferencio a todos los hombres al momento de untar su margarina… Y eso hasta hoy, donde podemos, al igual que el brujo saber como es quien esta sentados con nosotros en la mesa… ¿Y tu, la raspas o la cortas?

2 comentarios:

  1. jajajaja ta buena la historia!

    Uno puede obtener varias ideas y juicios a apartir de acciones rutinarias de las personas.

    mmm untar o cortar la margarina...

    Me defino como una untadora de margarina retirada...
    pero me fijare en los que si la comen =P.

    Saludos! :B

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  2. Anónimo6.12.08

    que pasa, si usas margarina liquida?

    o si le echas el "pan" de margarina entero sin rasparlo ni cortarlo???

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el constructivismo utópico, la épica delirante

 Porque dejar que las cosas buenas se vayan. O quizás, es tiempo de regresar al texto. 

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